¡Hola a tod@s!
Una vez más este capítulo llega a su fin, y mientras escribía estas líneas pensaba que es increíble lo rápido que pasa el tiempo. Ha sido un curso diferente, todos lo son. Ha sido difícil, arriesgado, intenso. Ha estado cargado de emociones de todo tipo que han hecho de este viaje una auténtica montaña rusa, y mientras reflexionaba un poco en todo esto, me he dado cuenta de que es el comienzo de otra gran aventura.
Quien me conoce bien puede decir que “ya he hecho otra de las mías”, y es que, inquieta como soy, y bastante inconformista, en el fondo no es sorprendente encontrarme en este punto una vez más. Si, también soy cabezota y basta que me proponga algo para conseguirlo llueva o truene ahí fuera. Y es que siempre he estado trabajando, estudiando o metida en alguna cosa que me mantenía de lo más entretenida. A veces en exceso, pero que se le va a hacer.
Empecé mi carrera de magisterio decidiendo darle un giro de 180º a mi vida. Yo, que después de muchos tumbos escolares, había acabado estudiando publicidad. Enamorada de una profesión tan desordenada y creativa, me vi en plena crisis con oficio pero sin empleo, y ahí al más puro estilo americano, empecé a sacarme las castañas del fuego: dando clases, haciendo cursos, paseando perros, cuidando niños… hasta que un día me llamaron de un Banco y me puse a trabajar. Un trabajo de verdad, de oficina, de los de mucha silla y poco descanso. Y a lo tonto pasaron cuatro años. Cuatro años de sacrificio e infelicidad. Y un buen día, cerré el chiringuito y me planté en la Universidad, de nuevo.
Como cuando empiezas algo nuevo y “gordo” en tu vida, el miedo y la ilusión ocupaba espacio en mi cabeza y mi corazón a partes iguales. Pero, leyendo este rollo pensarás. ¿Y esto qué tiene que ver con la reflexión final de esta asignatura?
Pues, tiene que ver en gran parte al hecho de que esta, como el resto de asignaturas de esta carrera, como otras de las demás carreras (si, el plural es acertado), han aportado gran parte de mi valor docente, personal y profesional.
Ahí estaba yo, de nuevo en la Universidad estudiando Educación Infantil, mi vocación. Trabajando mientras estudiaba y aprovechando todas las horas y minutos del día. Muy a mi estilo la verdad. Después de mucho trabajo y mucho esfuerzo, se acabó en 2016 la carrera, y se aparcó este blog, por aquel entonces destinado a la Literatura Infantil. Empecé a dar clase en 5 años al curso siguiente y estuve dos años en el mismo colegio. Aprendiendo siempre, nunca aburrida. Cuando te enfrentas al mundo laboral, conoces otra cara de tu carrera. El que no ha estado en un aula un curso entero trabajando en un cole, no sabe lo agotador que es llegar a mayo y conservar las fuerzas para darlo todo hasta el 22 de junio, pero se puede. Os lo prometo.
Y una cosa llevó a la otra y de pronto… no puede ser. ¿Otra carrera?, ¿de verdad?. Que si. Es lo mejor. el doble de oportunidades y mayor enriquecimiento personal y profesional, pero oye, vaya paliza. Esta vez no trabajaba media jornada, sino la jornada entera, en cole nuevo, curso Covid, y todos los efectos especiales habidos y por haber, incluidas las mascarillas, las distancias de seguridad el gel hidroalcohólico, el no chupes el suelo por favor, y esas cosas que decimos las profes de infantil que a veces nos obligan a salir al pasillo a reírnos sin que nadie nos vea.
Pues venga, después de este señor contexto, es imaginable que después de tres años en 5 años y con mucha experiencia en infantil, lo que más me ha costado es adaptarme a ser futura maestra de Primaria. Y aunque del último curso de Infantil al primero de Primaria solo hay un verano de diferencia, todo cambia. Las relaciones con los profes, la organización, los compañeros (ay, esas dichosas mezclas de grupos que traen a todos de cabeza, padres y profesores), pero en especial lo que cambia en gran parte es la evolución madurativa de los niños, la gran capacidad de aprendizaje y desarrollo, el amplio contenido de multitud de materias que ahora tienen examen, etc. Pero hay algo que no cambia, la posibilidad de motivar, de aprender, de crecer con un grupo. Lo sorprendente que es ver cómo cambian tanto en un curso.
Pues aquí estaba yo, que iba a ser profe de Primaria y no tenía ni idea de cómo serlo. Es más, la idea de serlo no me parecía demasiado atractiva, por que sinceramente me chiflan los niños de infantil, pero los de primaria, con todos esos “problemones” y ese pavo adelantado no me apetecía nada.
También reconozco que cuando me despido de los niños cada año, a lagrima viva, no lo puedo evitar… pienso ¿qué será de ellos ahora?, ¿se portarán bien?, ¿tendrán algún problema?, ¿les cuidarán bien?. Y la idea de poder acompañarles más allá también es en parte atractiva. Una vez más con miedo e ilusión a partes iguales de cara a otro cambio grande en mi esquema de vida. He de decir, que todo lo que se hace con un poco de miedo no solo vale la pena sino que al final sale mejor de lo que uno espera.
Así que, vuelvo a abrir este espacio, esta vez dedicado a la Lengua Española en la etapa de Primaria y comienzo a leer: la guía de trabajo, los bloques teóricos, webs, blogs, características psicológicas y de desarrollo de los niños de Primaria… todo lo que sirva para poder llevar a cabo el mejor aprendizaje de la materia.
Si lees detenidamente la guía, puedes ver que el objetivo principal de esta asignatura de Didáctica de la Lengua Española es aprender cómo trabajar la lengua española en el aula como maestro de Primaria.
Esto lo he hecho a través de cinco grandes bloque de contenido:
- Lengua, lenguaje y comunicación oral
- Comunicación escrita: la lectura
- Comunicación escrita: la escritura
- El sistema de la lengua: ortografía y semántica
- El sistema de la lengua: morfología y sintaxis
Bloque 1: Lengua, lenguaje y comunicación oral
Me gustaría hablar un poco de lo aprendido en cada uno de ellos. En el primer bloque, se nos planteaba elegir un tema de conversación para trabajar la expresión oral a través del dialogo. Había que plantear una actividad de gran grupo. El objetivo de esta actividad debe ser que sean capaces de expresar sus puntos de vista, que se escuchen y se respondan unos a otros, para de este modo puedan reflexionar sobre sus argumentos y los de los otros.
Además, teníamos la dificultad añadida de tener que adaptarlo a un grupo determinado de primaria atendiendo a sus características y teniendo en cuenta dos perfiles concretos de niños, uno de conducta disruptiva y otro tímido con temor a participar.
Con esta practica, lo que hay que tener en cuenta es que aunque el contenido de una materia es común, no todos los niños son iguales, por lo que hay que adaptarse a las necesidades individuales que hay dentro de un grupo. Seremos el guía en un proceso de aprendizaje significativo y personalizado, a veces, aunque nos lleve la vida en ello, está a la orden del día ver colegios y aulas llenas de docentes planos con métodos estándar para todos. Eso no funciona, pero es cómodo. La gente se acomoda y trabaja menos. La verdadera vocación docente, reniega de esa idea, y hace todo lo posible para adaptarse “a su público”, pero como no todos somos iguales, pero convivimos todos en el tiempo y el espacio, debemos hacer todo lo posible por adaptarnos a las necesidades y que no tengan que adaptarse ellos a unas circunstancias dadas.
Quizá esta ha sido la actividad que más me ha costado, viniendo de un aula de infantil en el que todo es ruido y pensamientos abstractos expresados en voz alta, que comienzan con una pregunta cualquiera (me encanta dejarles hablar), y acabas sabiendo cuántos dientes se les mueve a sus hermanos y cuantos años tiene su abuela, aunque verdaderamente tú habías preguntado por ejemplo ¿qué crees si pasaría si no hubiera agua en el Planeta?. Y claro, la experiencia hizo que en un primer momento el enfoque no fuera el adecuado.
Me ha gustado mucho enfrentarme a este bloque, ya que creo que tengo mucho que aprender sobre este tema, y me ha hecho querer “vivir” en un aula de primaria para aprender a trabajar con ellos este aspecto oral de la lengua española.
Con este bloque he abierto la mente hacía la posibilidad de que los niños participen en un debate menos dirigido, de manera más espontánea, por supuesto, teniendo un as en la manga o varios, con temas atractivos de los que poder hablar, con un papel mediador para que siempre haya respeto, que las conductas disruptivas no saboteen el ejercicio, que nadie se quede sin participar, etc.
Una de las cosas que más me han gustado es la posibilidad no solo de evaluar las actividades, sino de que sean los propios alumnos los que también las evalúen a ellas. Creo que estas evaluaciones nos sirven a los maestros para mejorar cada día en nuestra labor docente.
Hay una cosa que me gusta mucho del colegio en el que estoy trabajando ahora, y es las evaluaciones y autoevaluaciones constantes en las que participan los alumnos, siempre intentando que sea con cariño y respeto, en grupo y en voz alta, evalúan actividades o roles y se hacen una batería de preguntas que ya están acostumbrados a contestar, luego el pensamiento critico se va desarrollando a lo largo del curso y se ve poco a poco la complejidad y forma que van tomando sus palabras: ¿cómo crees que lo has hecho?, ¿qué crees que has hecho mejor?, ¿qué podrías mejorar para la próxima vez?. Creo que estas sencillas y a la vez complejas preguntas dicen mucho de cada uno, de nuestro proceso de aprendizaje y a la vez muestra muchas cosas al maestro que puede analizar de cada uno de sus alumnos mientras los escucha.
Bloque 2: Comunicación escrita: la lectura
En el segundo bloque, tratábamos el tema de la lectura. Había que elaborar una serie de actividades siguiendo unos estándares para todos los aspectos de la competencia lectora.
Este bloque me ha parecido más sencillo a la hora de imaginarme en un aula de Primaria y trabajar la lectura, si bien es cierto que he estado en colegios en los que se le daba bastante importancia al tema de la lectura y he sido protagonista del aprendizaje de la lectura desde prácticamente cero de tres cursos de niños que han pasado por mi aula. En este sentido, la adaptación a un público de Primaria me ha parecido menos complicada.
Lo más delicado era la selección del texto, una vez elegido, lo demás ha sido “coser y cantar” mientras poco a poco ideaba actividades para trabajar la lectura. Me ha parecido muy interesante imaginarme en el aula proponiendo esto y pensar cómo reaccionarían los niños y cómo podría ayudarles a superar los retos y paliar las posibles dificultades del camino.
Considero que la lectura es un tema que está algo descuidado en el esquema escolar, recuerdo con horror las lecturas obligatorias de libros que no me interesaban durante casi toda mi etapa escolar. Eso no quita que no disfrute de leer, pues mi pasión por la lectura y las historias vino mucho después, pero me parece una pena que el verbo sea “obligar” a leer y no “motivar” a leer. Creo que el enfoque es incorrecto y eso me da una pena enorme. Puede que mis circunstancias personales para con la lectura, desembocaran sin querer en el mundo del cuentacuentos. Y es que para mi es imprescindible que además de ser física y mentalmente capaz de leer, quieras leer. Por eso, desde el primer momento en que los niños entran en contacto con las letras, no me importa si es con 3, 4, 5 o 10 años, creo que es de vital importancia trasmitir la pasión con los libros, las historias, los personajes, las distintas dinámicas de lectura, el teatrillo, las marionetas, las ilustraciones, las palabras… es todo un conjunto que debe contagiar la magia que transportan. Después es cuando puedes aplicar las técnicas de enseñar a leer, la practica de textos literarios o no literarios, considero que una cosa no está reñida con la otra.
Lo que me ha parecido más complejo es el tema de la lectura silenciosa, creo que es lo que me ha llamado más la atención. Siempre hemos leído en voz alta, por turnos, hemos buscado de antemano a toda velocidad lo que nos iba a tocar leer y lo hemos leído en voz baja por si nos servía para no equivocarnos al leerlo delante de todos, por el camino, nos hemos perdido en lo que pasaba en el aula y los nervios no se han ido ni un poquito lejos. Este es otro de los errores que se cometen en el aula. Lo mejor es leer en silencio para comprender el texto para más tarde poder leerlo en voz alta y trabajarlo todos juntos si es necesario.
Me quedo con estos dos aspectos que me han llamado más la atención para poder trabajarlo de la mejor manera como maestra de primaria y darle una vuelta de tuerca a lo que se ha hecho hasta ahora.
Bloque 3: Comunicación escrita: la escritura
En el tercer bloque se proponía la mejora caligráfica de niños en diferentes curso de primaria. Si bien es cierto que la escritura se trabaja prácticamente en la mayor parte de la jornada del último curso de infantil, a priori me parecía un bloque sencillo, sin embargo, los apuntes de Irune acerca de mi planteamiento me ha abierto los ojos en varios aspectos, que si tuviera que llevarlo a cabo en el aula de primaria, tomaría buena nota de algunas modificaciones sobre mi actividad.
Lo primero de todo, me gustaría hablar de la letra ligada. Y es que, he pasado por varios colegios diferentes y he podido utilizar distintas editoriales para trabajar el inicio de la lectoescritura, y en todos ellos, la tipografía que se enseña es la letra ligada. Es más, la primera vez que me enfrenté a un aula y tuve que escribir “con letra de profe”, pensé: ¿cómo escribo esto?. Tres años después, casi me sale más natural “la letra de profe” que “la letra de Ana”, incluso a veces se funden las dos en una de lo más pintoresca. Y esto me lleva a pensar que no sé verdaderamente qué beneficios tiene “obligar” a los niños a que aprendan a escribir unas letras exactas a como se estipula desde fuera de un aula (como casi todo vaya).
El caso es que mis actividades están planteadas basadas en mi experiencia personal, de ahí la utilización de la letra ligada que se plantea para un niño de 2º de primaria que entendemos ha trabajada desde los 5 años con este tipo de letra. Si bien es cierto que en 4º de primaria se utiliza el bolígrafo y no el lápiz y esto puede derivar en una tipografía menos legible”, considero importante que el refuerzo se haga con el mismo útil y esto es algo que he apuntado con firmeza de cara a un futuro como profe de primaria.
Los pobres niños de 6º, que para mi ya son adultos y casi universitarios, me parecen un reto personal y profesional enorme, sin embargo, puede resultar de lo más enriquecedor acompañarles en su cierre de etapa durante su último curso de primeria. Estoy convencida que pueden enseñarme muchas cosas.
Tomo buena nota de comentarios y correcciones y pienso hacer uso de ellos en el futuro. Agradezco de verdad el feedback en cada una de mis entradas.
Bloque 4: El sistema de la lengua: ortografía y semántica
Con el bloque cuatro, entramos en el mundo de la ortografía y la semántica, cuya teoría es más compleja y su importancia muy relevante para todos los cursos de primaria. Ya se empieza a exigir a los niños un poco más en cuanto a calidad y forma de la escritura que producen.
Me han gustado mucho los recursos que se plantean en la teoría de este bloque, y he aprendido muchas técnicas que me encantará llevar a cabo en el aula como maestra de primeria. Si bien es cierto que he leído esta parte de la asignatura con más cautela, puede que en gran parte, por lo que impone la palabra “semántica” en lo que hasta ahora había sido actividades orales, de escritura y lectura, que eso está más a la orden del día en mi día a día. Gracias a esto, he podido aprender mucho y ser capaz de desarrollar recursos para el aula así como imaginarme perfectamente planteando todas estas actividades, desde cómo lo presentaría, qué les pediría, cómo les motivaría… y tengo que reconocer que he tenido ganas de hacerlo en directo.
Si que es verdad que me había faltado una conclusión como maestra, puede que con la emoción de proponer cosas tan motivadoras para el aula para trabajar algo que a priori me parecía tan complejo y luego me resultó tan evidente a través de estos recursos, la publicación fuera algo prematura.
Bloque 5: El sistema de la lengua: morfología y sintaxis
Y así llegamos al último bloque, con palabras tan sonoras como las de “morfología y sintaxis”, y me eché a temblar pensando en esos curso de análisis de frases sin parar y la memorización cual papagayo de complementos, objetos, sujetos, predicados y todo aquel sin sentido para luego reproducirlo en un examen y tras aprobarlo aparcarlo para siempre. Y pensé: ¡qué pena!, con lo que me costó aprender todo eso, y que metodología tan inútil, algo que en cuanto se empieza a complicar y dejas de entender, hace que pierdas el interés. Y ese es el miedo que tengo como docente, lo que quiero evitar a toda costa es que mis alumnos tengan esa sensación, y de pronto leí la propuesta. ¡Bravo!. En este siglo de nativos digitales, lo que se pedían eran recursos digitales para trabajar este aspecto y poder motivarles para practicar y que no se olvidaran de nuestras enseñanzas.
Si antes habñia navegado de blog en blog para ver otros puntos de vista y experiencias, estaba claro que tras la publicación y pasada la fecha de entrega, mi lectura y visita a las propuestas de otros compañeros estaba más que prevista. Y cuál ha sido mi sorpresa al ver que si la mayoría de nosotros coincidimos en muchos de los recursos seleccionados, también todos aportamos algunos nuevos a una maleta que ahora desborda de propuestas interesantes.
He agradecido enormemente el trabajo de este gran futuro claustro que ha trabajado de manera constante y minuciosa para preparar las cinco actividades de estos bloques.
Me gustaría concluir esta última entrada con algunas reflexiones finales. Reflexiones sobre la asignatura, la carrera, la docencia y el papel que desempeñamos en la vida de otros.
Lo primero decir que he agradecido enormemente comentarios y correcciones a mi trabajo de estos meses, esto ha abierto mi punto de vista acerca de las actividades y de mi propuesta de cada bloque. También me ha ayudado mucho leer a otros compañeros, incluso cuando el requisito ha sido comentar a uno de ellos, la lectura personal de cada propuesta me ha llevado a varios de ellos en varias ocasiones, lo que ha enriquecido en gran medida mi aprendizaje sobre la materia.
Esto también pasa en el trabajo, es importante hablar con otros profesores, compartir experiencias y recursos, escucharles y poder aprender de la experiencia de otros. Esto abre nuestra mente y nos proporciona más herramientas a la hora de ejercer la profesión docente, creo que es imprescindible hacerlo de esta manera y también una parte muy bonita de esta profesión. Aunque no siempre sea así, me decanto por dejar la fiera competitividad, los celos y la pereza a un lado y hacer de nuestra labor individual una de equipo. Seamos un gran equipo.
Es cierto que “cada maestrillo tiene su librillo”, y que de puertas para adentro, cada uno gestiona su clase como quiere aunque siga una programación general, puesto que no todos los grupos son iguales ni tienen el mismo interés o destrezas en las mismas cosas, pero si pudiéramos cambiar las cosas desde dentro, aportando lo mejor de nosotros a nuestros alumnos y proponiendo ideas innovadoras y con cariño a los colegios, juntos, cambiaríamos esas cosas que al final se pueden leer en las reflexiones de casi todos nosotros, los vocacionales.
Aprovechemos que cada vez hay más gente preparada y dispuesta a darle un nuevo enfoque a la educación. No nos dejemos contagiar por la comodidad de vivir de las rentas y las técnicas de los 80. Disfrutemos de los infinitos recursos y de las ganas que tenemos para contagiar a los demás a nuestro paso.
Con esta asignatura he aprendido mucho acerca de cómo trabajar la lengua española en el aula de primaria, como bien decía al principio de este artículo que creo que eso se ha visto reflejado en la reflexión que he hecho de cada bloque. No solo recursos, sino también el método más adecuado para utilizarlos en el aula y poder trabajar esta materia.
A veces, trabajar una asignatura de esta manera puede resultar difícil, hay momentos de incertidumbre, de pensar que no has acertado, de pensar que lo has hecho muy bien y luego darte cuenta que era entonces cuando no habías acertado. Sin embargo, este e-portafolios es una manera autónoma de construir nuestro propio aprendizaje, ver la evolución del mismo y ser participes de un aprendizaje significativo vivido en primera persona. Eso que defendemos desde el principio y lo que más queremos para nuestros alumnos, es lo que hemos protagonizado este curso con esta asignatura y a través de este espacio.
Además, el hecho de ser público, hace que tengamos la oportunidad de nutrirnos de las experiencias de otros y de ser críticos con nosotros mismos y con los demás, aprendiendo siempre a ser constructivos y jamás destructivos, pues sería un sin sentido.
Una vez más he podido ver que mis deseos de llevar el juego a las aulas más allá de infantil es posible, y creo que lo más probable es que sea una de mis características como maestra de infantil, primaria o cualquier etapa en la que acabe ejerciendo.
Como ya he dicho, una de las partes que más me ha sorprendido gratamente es el tema de las evaluaciones y autoevaluaciones. Estamos acostumbrados a evaluar a los alumnos, pero es importante evaluar nuestra labor docente, escuchar los intereses, necesidades y preocupaciones de aquellos a los que nos dedicamos muchas veces en cuerpo y alma, pero si no lo hacemos de esta manera, no vale de nada dedicarnos fielmente a lo que nos gusta si no podemos aportar todo lo posible en el camino y modificar lo que haga falta. La suerte del maestro es que nunca deja de aprender.
Si hay algo que tengo presente en mi proyección como docente, es que a través del juego podemos motivar y enseñar en gran medida y que el nivel de recuerdo en la materia que se trata de esta manera es mayor que si lo hiciéramos con lápiz. Papel y libros de texto.
Una vez más, cierro capitulo con Irune, llena de ideas, con la cabeza echando humo, más feliz, más rica, más plena. Y siempre agradecida de la experiencia y la oportunidad. Y quien sabe, ya hemos visto que no hay dos sin tres (carreras), puede que nos volvamos a ver pronto.
Bibliografía y Webgrafía
LABAJO, I. (2021). Didáctica de la Lengua Española. Bloque 4: El sistema de la lengua: ortografía y semántica.
LABAJO, I. (2021). Guía de trabajo Didáctica de la Lengua Española.